Cosas que amo de Montpellier
- Julieta
- 3 avr. 2018
- 4 min de lecture

Llegar a vivir a Montpellier fue una cosa de azar. De principio, llegamos a Rennes, que está dentro de la Bretaña, al Norte de Francia. Estuvimos ahí un mes pero debíamos decidir dónde viviríamos, y Rennes no era una opción, principalmente por dos cosas -que pueden sonar tontas, pero para nosotros tienen mucho sentido- el clima (la bretaña es muy lluviosa y fría) y la falta de latinos. El tema es que llegar a buscarte la vida, es difícil, si no tienes redes mucho más. Entonces, pensamos en dónde nos gustaría vivir aunque no supiéramos nada de ese lugar. De pronto recordé que algunas amigas mías, estuvieron aquí por unos meses, y aunque a una las cosas no le resultaron muy bien, tenía en mente que podía ser una linda ciudad, había escuchado varias referencias. Les escribí a mis amigas, anoté varios datos y reservamos una habitación por Airbnb. Siempre lo digo, y no me canso de decirlo, venirnos a Montpellier ha sido la mejor decisión que tomé con mi compañero, Diego.
Una de las razones por las cuales elegimos esta ciudad, fue porque, cuando llegamos a Francia, sabíamos muy poco francés, y como nos gusta hacer trampa, vimos que en esta ciudad hay muchos latinos y españoles, porque está al lado de Barcelona, España. Esto es algo que me gusta mucho, ya que, en poco tiempo, hicimos un grupo de amigos chilenos y españoles. En ese sentido, no nos ha costado adaptarnos, hemos contado con el apoyo y el cariño de amigos que están hace un tiempo, y que pasaron por situaciones similares a la nuestra. Además, nos juntamos a hacer "cosas de chilenos", como ver novelas noventeras, los partidos de fútbol o preparar comidas chilenas. Es cierto que eso es hacer trampa, por lo mismo estamos en proceso de ampliar nuestro círculo para juntarnos con gente francófona, pero siempre es bonito tener refugios latinos cerquita.
Otra razón por la cual nos decidimos por Montpellier, como mencioné antes, fue el clima. Como mi corazón caribeño se deprimió bastante con el frío invierno bretón, decidimos que sería mejor buscar ciudades costeras para quedarnos a vivir. Estuvimos revisando el clima y descubrimos que Montpellier es la ciudad más cálida de Francia (ohlalá). Nos han tocado días fríos y lluviosos, porque pasamos un invierno aquí. Vivimos, incluso, una nevazón que hace 20 años no se había visto, sin embargo, la mayor parte del tiempo, los días son cálidos y soleados, y en verano, llega a más de 35°. Algo extremo, es cierto, siempre he preferido el calor.
Es una ciudad pequeña, por lo tanto, muy caminable y cicleteable. En teoría, nosotros vivimos en la periferia de la ciudad, pero en autobus me demoro 25 minutos hasta el centro de la ciudad, y en bici me demoro 10. Es decir ¡nada!. En realidad, está todo cerca, puedes trabajar, vivir y estudiar en la misma ciudad, y recorrerás distancias cortas entre una cosa u otra.
Por lo mismo, la gente anda muy tranquila y se toman su tiempo para hacer todas las cosas. Me refiero al chofer del bus, a la persona que vende en la panadería, a los peatones, e incluso, ahora que me muevo en bicicleta, me doy cuenta de que los automovilistas son -en su mayoría- muy respetuosos con tu seguridad física. Cuando voy andando, se ponen detrás mío, rara vez me adelantan, y si lo hacen, es en forma lenta, cosa de que no me asuste o pueda caerme, como diciendo "tómate tu tiempo". Por lo mismo, conocer y recorrer la ciudad en bici ha sido una experiencia maravillosa.
Las personas son muy amables. Los vendedores, los vecinos, la gente con la que te cruzas por la calle. Esto me sorprende mucho, ya que cuando me fui de Santiago, fue para escapar un poco de la hostilidad santiaguina, típica de ciudad grande y sobrepoblada. Creo que esta actitud, se relaciona con las condiciones de la ciudad, pero aún así, me gusta pensar que la gente es amable porque quiere serlo, más allá de las condiciones físicas o sociales de la ciudad que habitan.

El centro histórico de la ciudad y la parte moderna, son muy bellos. Hay ciclovías y caminos peatonales por todos lados, la ciudad está pensada para que los habitantes puedan recorrerla y disfrutarla, a diferencia de esas ciudades que están atestadas de edificios altísimos, uno al lado del otro, sin un área verde ni una plaza para hacer deporte, sacar a pasear a los animales, o que los niños puedan jugar. Los espacios públicos son grandes, agradables, habitables. Aquí existen varios parques y plazas, pensados para la gente se sienta cómoda. Hay un río que cruza la ciudad, y todo a su alrededor es parte de un hermoso paseo que puedes dar cualquier día a la salida del trabajo o en tu día libre.
Cerca de Montpellier existen muchas localidades a pocos km., que puedes recorrer yendo en bus o en bicicleta. Existen varios caminos y ciclovías que pueden llevarte a conocer distintos espacios como viñedos, reservas naturales con pájaros de distintas especies, y varias playas que puedes visitar por el día.

Montpellier es una ciudad maravillosa donde puedes encontrar todo lo que se puede necesitar para ser feliz, actividades, trabajo, universidades, historia, espacios al aire libre y amigos.
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